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Muerte de Judas (Hch 1,18-19)

Entre tanto, Judas, el que lo había entregado, al ver que habían condenado a Jesús, se llenó de remordimientos y fue a devolver las treinta monedas de plata a los jefes de los sacerdotes y a los ancianos diciendo:

— ¡He pecado entregando a un inocente!

Ellos le contestaron:

— Eso es asunto tuyo y no nuestro.

Judas arrojó entonces el dinero en el Templo. Luego fue y se ahorcó.

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